TRANSMISORES DE ESPERANZA
Debemos de ser transmisores de esperanza y replantearnos la vida desde la solidaridad ye el bien común.
La situación económica y social es grave muy grave, pero debemos de pensar en un futuro mejor, en una proyección de mejoras y de búsqueda de soluciones.
Sólo, desde la fraternidad desde la ausencia de egoísmos, saldremos mejor de la crisis.
Porque la salida de la actual situación, puede ser de forma justa, pero también de forma injusta, con una sociedad dual sólo de ricos y pobres.
El horizonte de la fe es fundamental para tener esperanza; el ser humano no creyente se encuentra vacio sin perspectivas, sin embargo, deberá mirar poniendo su confianza en Jesús, el autentico amigo que nunca falla.
La fe, ahora aún con más motivo, es un asidero firme, que conforta, anima y da esperanza,
Abrámonos a la buena noticia en la seguridad que el señor no nos dejará solos.